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El cielo es el límite

Jóvenes de Barranquilla rompen barreras económicas con nuevas capacidades laborales

Story by ACDI/VOCA Colombia November 28th, 2017

Barranquilla – una ciudad de contrastes

En los últimos años, Barranquilla se ha posicionado como una de las ciudades más pujantes y de más rápido crecimiento en Colombia. Tanto la inversión pública y privada como el auge de la construcción y la actividad portuaria han influido en la disminución sostenida del desempleo, la criminalidad y la pobreza en “La Arenosa”.

Sin embargo, el crecimiento notable de la ciudad ha excluido a algunas poblaciones vulnerables, especialmente mujeres, jóvenes, grupos étnicos, víctimas del conflicto armado, personas LGBTI y personas en situación de discapacidad.

De acuerdo con el DANE, 1 de cada 2 personas en Barranquilla sigue ganándose la vida en el mundo de la economía informal —lustrando zapatos, limpiando casas, vendiendo productos en la calle. El bajo nivel educativo y la dificultad de acceso a oportunidades laborales hacen que los informales recurran a cualquier trabajo que puedan encontrar.

Trabajar dentro de la informalidad significa tener condiciones laborales precarias, no se cuenta con acceso a pensión o servicios de salud, tampoco se sabe si seguirán empleados.

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Conoce a Leiner

Tanto su madre como su padre hacen parte del 55% de la población barranquillera que trabaja dentro de la economía informal. Su madre es empleada doméstica interna y gana $500 mil pesos mensuales. Ella visita a su familia apenas un día cada 2 semanas. Su padre se gana la vida con trabajos esporádicos en el sector de la construcción.

Leiner comenzó a trabajar como vendedor ambulante de pasteles cuando tenía 12 años.

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LA VIDA DEL TRABAJador INFORMAL

A los 18 años, Leiner comenzó a trabajar en una taller de neumáticos, donde tenía jornadas extenuantes de hasta 24 horas.

“Nos daban un día de descanso después de cada jornada. Pero tener que estar despiertos todo el día y estar pendientes por la noche por si tocaba hacer una reparación de emergencia era agotador. Por un día de trabajo, estaba ganándome apenas $60 mil pesos”.

Antes de comenzar a trabajar en construcción, Leiner trabajó 6 años en el taller. Aunque en su nuevo trabajo le pagaban mejor, seguía sin tener un sueldo estable o beneficios. Además, la carga física era todavía más exigente y el trabajo muy peligroso. Un día, Leiner se cayó de un andamio a 5 metros del suelo. Ahora Leiner tiene una placa de metal en la muñeca que le impide trabajar en casi cualquier trabajo manual.

Lo que comenzó como un accidente, terminó siendo una oportunidad y un momento de inflexión en su vida.

Cuando todavía estaba recuperándose del accidente, su hermana oyó hablar de un programa de empleo en el centro de formación laboral Gente Estratégica, donde se ofrecían cursos de capacitación laboral gratuitas. Él aprovechó la oportunidad.

“Fue como si por fin encontrara una luz al final del camino. Recuperé mi sueño de mejorar la calidad de vida de mi familia y crecer como persona”.
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Leiner se inscribió en el curso de formación técnica en administración y relaciones laborales, donde adquirió habilidades básicas en contaduría y aprendió a usar algunos programas de computador, como Microsoft Word, Excel y Powerpoint. Cuando habla de su clase favorita, los ojos se le iluminan: Nómina, una asignatura que uno no se imaginaría como la favorita de un joven estudiante. Él se sintió empoderado cuando se aprendió calcular el salario y las deducciones de un empleado. Quedó fascinado por lo fácil que era calcularlas con programas de ofimática.

“Antes, nunca me habría imaginado trabajando con programas de computador; pensaba que era demasiado complicado. Después me di cuenta de que no lo era y que, de hecho, soy bueno en eso. Me di cuenta de que tener las capacidades y herramientas correctas lo cambia todo porque abre muchísimas puertas”.
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DESCUBRIENDO TALENTOS OCULTOS

Aparte de darse cuenta de que le gustaba trabajar con computadores, Leiner se percató de que también tenía madera de líder. Pese a que nunca se había visto como tal, sus compañeros votaron para que él fuera vocero del grupo de clase y se encargara de llevar la asistencia, ayudar en las tareas de las clases y transmitir las necesidades de sus compañeros de clase. Ver que sus compañeros y profesores dependían de él lo lleno de confianza en sí mismo.

“Eso me hizo sentirme importante. Me hizo sentirme alguien.”

Leiner hace parte de un grupo de 529 estudiantes que se están capacitando en el centro de formación para el trabajo Gente Estratégica, lugar donde adquieren habilidades laborales para trabajar en sectores económicos de alto crecimiento de Barranquilla. Mediante programas de capacitación laboral como este, jóvenes en situación de vulnerabilidad están superando las brechas educativas y están adquiriendo capacidades relevantes para el trabajo en telecomunicaciones, logística, metalmecánica, hotelería, ventas, administración y contaduría.

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LA VIDA DEL TRABAJADOR FORMAL

Después de haber pasado 6 meses capacitándose, Leiner fue seleccionado para trabajar como practicante en la empresa de telecomunicaciones Conectar, donde actualmente se encarga de inventariar las herramientas y los equipos que usan los técnicos de redes. Ahora tiene un salario mensual estable y goza de los beneficios laborales. Esteban Avendaño, su supervisor lo considera como una persona clave de su equipo. A sus 31 años, es la primera vez que Leiner trabaja en el mercado laboral formal.

“Este es un cambio radical para mí. Antes trabajaba todo el día bajo el sol, cargando equipos y materiales pesados. Ahora estoy sentado, bajo techo, frente a un computador. Esto me hace querer seguir estudiando y ascendiendo”.
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Cuando Leiner recuerda sus últimos años, reconoce que la historia habría podido ser muy diferente.

“Después del bachillerato, mis padres no podían seguir pagándome los estudios. No tenía rumbo. Me la pasaba por la calle con amigos del barrio. Algunos de ellos ahora están muertos o en la cárcel.”

Leiner aún vive en el mismo barrio, pero, hoy en día, es un ejemplo positivo a seguir para su familia, amigos y comunidad. Su padre, Encarnación, está orgulloso del cambio que ha visto en su hijo.

“He visto un cambio del 100% en mi hijo. Antes se la pasaba en la calle con los amigos. Apenas comenzó a estudiar, empezó a ser más organizado y a tener los pies en la tierra.” - Encarnación, padre de Leiner".
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En el corto plazo Leiner tiene sus metas claras: seguir trabajando en Conectar para así poder ahorrar para estudiar en la universidad y fundar su propia empresa.

Mientras tanto, está aprendiendo, creciendo y compartiendo su historia de vida.

“Quiero contar mi historia y hablarle a los demás sobre este programa, porque allá afuera hay miles de personas, como yo, que están esperando la oportunidad de cambiar sus vidas.
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Sobre el Programa

Mediante una Alianza Público-Privada entre la empresa Anadarko, la entidad gubernamental Prosperidad Social, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional—USAID, y ACDI/VOCA, se están cofinanciando programas de empleabilidad y formación para el trabajo, los cuales generan oportunidades económicas y educativas a 529 personas en situación de vulnerabilidad de Barranquilla. Por seis meses los participantes aprenden habilidades laborales y fortalecen capacidades socio emocionales necesarias para laborar en sectores económicos prioritarios del país. Posteriormente, adquieren experiencia de trabajo en empresas a través de prácticas en áreas como ventas, telecomunicaciones, logística portuaria, hotelería, administración y contaduría. Al finalizar el programa obtiene un certificado como técnico laboral por competencias, el cual es avalado por el Ministerio de Educación Nacional.

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Footnote: Photo Credit: Katherine Ko, ACDI/VOCA
Barranquilla - Atlántico, Colombia